Antonio Perosio (1849-1893), uno de los hijos de Francesco Perosio y Luigia Bondanza, nació en Ronco Scrivia ubicado también en el Alto Valle Scrivia, provincia de Génova a 345 metros sobre el nivel del mar. Su población actual es de 4850 habitantes y su superficie de 30,5 km2.

Ronco Scrivia tiene más de 200 años de “Comune” pero goza de una historia casi milenaria, como lo testifica también su nombre Ronco, del latín medieval “Runcare”, que significa roturar las tierras incultas... La ciudad esta dividida en dos partes por el torrente Scrivia, por la autopista y la ferrovía. Ronco se presenta como una gran extensión de casas bajas entre montes no muy elevados: el más alto es el Monte Real (902 Mts.)

La parte mas antigua de la ciudad es Villavecchia, que es reconocida por las típicas casas construidas una pegada a la otra. En esta zona encontramos un puente romano y la Via Postumia que en una época unía Génova con Aquileia pasando por Libarna, cuyas excavaciones hoy constituyen el principal sitio arqueológico del Bajo Piamonte.

Por la falta de posibilidades de progreso en su tierra, tal vez incentivado por la previa partida hacia América del Sur de familiares, (Ver Los primeros Perosio en el “Río de la Plata”), decide poco tiempo después emigrar también a Uruguay, estableciéndose en el Departamento Artigas, al norte de la R. O. del Uruguay.

En Italia quedaron sus padres y hermanos Stefano Celestino y Rosa... Casi cincuenta años más tarde nietos de Stefano Celestino (hermano de Antonio) emigraron a Buenos Aires, Argentina…

Artigas es uno de los departamentos de Uruguay, en el noroeste del país. Limita al norte y al este con la frontera brasileña, al oeste con Argentina mediante el río Uruguay, y al sur con el departamento de Salto. Dentro de un país dominantemente llano, es un departamento de cuestas o mesetas (chatas), de lavas volcánicas, basálticas, de edad jurásica y cretácica, cuyo dorso da una suave pendiente hacia el río Uruguay, mientras que al este presenta un frente recortado. En ella se levantan unas alineaciones de sierras denominadas cuchillas (cuchillas de Belén, de Yacaré, de Tres Cerros y Sepultura), entre las que se disponen otros tantos valles por donde discurren arroyos (Itacumbú, Naquiná) y el río Arapey que van a dar directamente al río Uruguay, y otros al Cuareim, que sirve de frontera brasileña.

En agosto de 1847 había llegado a Artigas el general uruguayo Diego Lamas y se instala en Tres Cruces y pocos meses después en el luego denominado paso del departamento de Cuaró Grande para hacer respetar las frecuentes intrusiones territoriales del barón brasileño Yacuhy.

Por ese tiempo llega también un vasco llamado Vicente Saralegui que pasó a ocupar tierras de propietarios ausentes situados entre el arroyo Cuaró y el río Arapey.

Es posible que Saralegui comentara a un vasco joven llamado José Artola Martinicorena empleado en Montevideo en la empresa Taranco, la venta de campos en el lugar.

José Artola adquirió en 1870 uno de esos campos instalando una estancia llamada Cuaró.

Asesinado cruelmente Vicente Saralegui, continuaron la explotación sus hijos Zacarías, Lorenzo y Miguel Saralegui y llegado de España su yerno Jose López Saralegui, resolvió establecer una sociedad con José Artola propietario de la estancia Cuaró llamada desde entonces Artola-Lopez Saralegui.

Cuaró era el punto obligado por donde pasaban la mayor parte de las mercaderías en tránsito comercial con Brasil.

José Artola Martinicorena fue uno de los primeros hacendados de Artigas que se preocupó del mejoramiento de las razas ovinas, importando desde 1884 valiosos ejemplares merino Vermonth desde Estados Unidos. Algunos años más tarde sus estancias y principalmente la renombrada estancia Cuaró, proveían de reproductores a ganaderos del norte uruguayo.

La calidad de las lanas que acopiaban era reconocida en Europa a donde exportaban, remitiéndola con el rótulo de Lana de Cuaró o Merino Cuaró, la que debido a su liviandad producía mayor porcentaje en el peinado que la del resto de Uruguay.

José Artola fue un hombre progresista que supo administrar su producción ganadera, estimulando y premiando a colaboradores que traía de provincias vascas, habilitándolos según era la costumbre.

La sociedad no sólo traía mano de obra capacitada en la cría de ovinos, principalmente llegada desde las aldeas de Errazquin, Inza y Betelú; también reclamaba la presencia de jóvenes vascas como mucamas para servicio de sus familias, pero con el objetivo principal de lograr casamientos entre los inmigrantes vascos.

Antonio Perosio (1849-1893) se establece en la zona como herrero en la estancia antes citada, allí conoce a una de las hermanas de José Artola Martinicorena, llamada Fermina Artola Martinicorena, nacida en Errazquin país vasco con quien se casa en la iglesia de la población de Santa Rosa, actual Bella Unión, el 23 de Noviembre de 1875 y fallece el 8 de febrero de 1893 en Yucutujá, Departamento de Artigas.

Tuvieron cinco hijos:

Nota: Por errores propios de la época el apellido fue deformado y su descendencia inscriptos como Perossio.

1. Francisco Perossio Artola (1876-1939), hacendado, casado con Josefa Beraza Artola, en Errazquin, País Vasco; tuvieron 9 hijos: a) Francisco; b) Felipe; c) Josefa; d) Elena; e) María; f) Rosa; g) Ema; h) Nieves y i) Juan Perossio Beraza.
2. Maxima Perossio Artola (1878-1970), casada con Aquiles Lucini Manani el 23 de marzo de 1899 en Cuaró, 9 hijos: a) Camilo; b) Fermina, c) Victorio; d) María; e) Casimiro; f) Crispín; g) Ursula; h) Antonio y i) Julio Lucini Perossio.
3. Petrona Perossio Artola (1880-?), casada con Miguel Soravilla Ochonarena, siete hijos: a) Juan; b) Severina; c) Demetrio; d) María; e) Francisca; f) Benito y g) Miguel Soravilla Perossio.
4. Luisa Perossio Artola nacida el 27 de julio de 1882, casada con Pablo Riva, un hijo.
5. Fermina Perossio Artola, nacida el 12 de mayo de 1885, casada en 1906 con Máximo Severino Ramos.